Sobre carismas y liderazgos




Por Diego Villarino

El líder tiene un aura especial. No es sinónimo de jefe, tampoco predica el autoritarismo. El sentimiento se entremezcla con la razón. Una combinación bien orientada. El líder dirige sin derrumbar y en plena posmodernidad es un logro.

"30 años, me parece mentira cómo pasó este tiempo, así que la verdad me siento afortunado, primero de hacer lo que me gusta, dedicarme a esto, que es mi forma de vida, es lo que siempre quise hacer y ver cómo la escuela se fue ramificando y cómo la locura, una locura linda que tiene por esto que ama, cómo la fui transmitiendo a los alumnos", admite, Gustavo Burgos, instructor de Taekwondo y entrenador de la Selección Argentina, en la previa del Mundial de Kazajistán, allá por agosto.

Gustavo es una persona que refleja su sensatez con la mirada, demuestra su carisma en el trato, instruye conocimiento con el otro. Pablo, Matías, Andrés, Nehuen, Lucas, Flor y Gonzalo lo miran con admiración y respeto. Se lo ganó con perseverancia, conocimiento y humanidad.

"Veo que ellos están en la misma frecuencia, entonces la verdad que uno ahí toma dimensión de lo que logró, para mí ellos ya son campeones, igual sé que ellos no se sienten así porque quieren ir a ganar, me parece perfecto, pero el ver de ellos que han triunfado en la vida, triunfado porque no en una medalla, son excelentes personas, lo que fueron creciendo, lo que fueron evolucionando", remarca aquella tarde en Adrogué. Su mirada transmite paz y a la vez conecta con sus discípulos, muchos de ellos instructores.

"Que sigan apostando a esto que es un arte de vida, es una forma de vida y la verdad que uno toma realmente dimensión de lo que fue logrando en tantos años, porque como dice Osvaldo (Ríos Olivero), a quien admiro mucho y creo también que ha sido muy importante en este crecimiento de la escuela, ver como nos fue inculcando esa mentalidad, esa forma de ver y que no solamente uno lo hace en recuerdo, sino después en la vida, en las cosas cotidianas, con la familia, así que la verdad que es un placer", pronuncia en una conferencia atravesada por el espíritu humano.

Gustavo esquiva el egoísmo y transmite su sabiduría. Recibe y da, como las personas sabias. Mamó las enseñanzas de Osvaldo Ríos Olivero, emblema taekwondista que vive en Santiago del Estero. Preside el Concilio Panamericano de Taekwondo y de manera frecuente visita la provincia de Buenos Aires. 

Los monstruos azotan el mundo y no es ciencia ficción. Se camuflan y transitan por terrenos insospechados. Se confunden en la multitud y tienen actitudes verticales. La horizontalidad no está en sus planes. No saben de tratos. Aparecen de manera sorprendente. Levantan la voz, no hacen honor a lo que dicen ser, pero no son implacables. También existen personas como Gustavo Burgos, fomentador de hermandad y docente de vida. Luces y contraluces.




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