Sin medias tintas

 

El triunfo de Javier Milei produjo un cimbronazo en el debate político. El discurso de cambio volvió a repercutir, pero con un mensaje más eficiente.

Por Diego Villarino

Días convulsionados en  el escenario nacional. El domingo las urnas hablaron y Javier Milei se erigió como el nuevo presidente electo, con el 55,69%. Dos años de participación activa en política, bastaron para posicionarlo en el pedestal, un tiempo récord. 

El economista logró instalarse públicamente a través de sus apariciones televisivas, como panelista fue el portavoz de un sector social, el más descontento con la dirigencia política. Sus arrebatos encarnaron una expresión rupturista. Por momentos se apropió del concepto de rebeldía, una noción siempre asociada a la izquierda.

Para lograr el propósito, Javier Milei se ancló en la militancia juvenil, que desarrolló un eficiente manejo de redes, de hecho su ex candidato a jefe de Gobierno porteño, Ramiro Marra, es Youtuber. La frescura joven de otros nombres, como Iñaki Gutiérrez y Mariano Pérez, redimensionaron el efecto mileista.

El libertario se apoyó en spot contundentes donde el mensaje se filtró hasta el hueso, una replica del "que se vayan todos".  "Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre", resonó como si fuera un hit musical. Sin medias tintas, sin grises. sin metáforas que den lugar a dobles interpretaciones.

Pero como ocurre con la propaganda, la distancia entre el producto y la realidad es inevitable. El mensaje anti casta se pone en discusión con el respaldo de Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Luis Barrionuevo, en concreto, con los pactos que implica la política. Sin embargo, el discurso se incrustó en una sociedad crispada. 

Milei tuvo la habilidad de surfear por diferentes olas y contradicciones: Del "montonera pone bombas" a Patricia Bullrich, a pactar políticamente, la ponderación a Margaret Thatcher, las posturas negacionistas, las idas y vueltas con el periodismo, son algunos retratos que lo pintan. Conductas de las cuáles salió ileso. por lo menos en la campaña que lo llevó a la presidencia.

La pobreza que bordea el 40%, la inflación interanual del 142,7%, el caso Insaurralde, un ministro candidato en funciones y un etcétera, potenciaron a Milei. La eficacia de sus mensajes, el poder propagandístico, hizo el resto. Para analizar la victoria del último domingo , hay que ver la película completa y salir del nicho.


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