Por Diego Villarino
A las 12 del mediodía me tomé el 505 (cartel 4) en la estación de Adrogué. Subió poca gente en relación a la cantidad de personas que transitaron por la zona. El 505 agarró por Somellera, una de las principales, por la ventana podía ver los numerosos comercios y no lugares que ocupaban esa calle. Esa tendencia se acentuó cuando recorrió la avenida Espora y dobló para encarar Diagonal Brown. En el camino a la plaza principal, la cantidad de negocios comenzaron a crecer. Un espacio urbanizado con una infraestructura estética y prolija. Visualicé el Cotillón, Osmecon Salud, las tiendas de ropa y el establecimiento educativo Newlands, donde van los niños de clase media alta. También, la casa de Sandwiches con su oferta resaltada: “los miércoles te llevas 50 de regalo”.
La localidad esta orquestada para ciudadanos de un buen nivel económico, pero es transitada por personas de diversas clases y localidades del partido de Almirante Brown. Adrogué es la opción de compras y recreación preferida. La plaza se ubica enfrente de la Municipalidad y los cafés y bares constituyen un anexo decoroso.
Cuando el colectivo enfiló a la estación de trenes de José Mármol, los arboles taparon el sol y los comercios mermaron. Pasó la barrera y encaró por Bynnon donde los locales volvieron a figurar pero sin la misma trascendencia. En los asientos las personas conversan sobre temas familiares y problemas cotidianos. Ni bien dobló en Sáenz Peña, el paisaje tomó el color de un barrio. Por Rosales, 25 de mayo y Bouchard creció el número de casas y cada tanto aparecieron los kioscos, la parte céntrica desapareció por completo.
Luego de doblar en Ferre, el colectivo agarró Jorge y entró en la zona que corresponde a Rafael Calzada. Allí se respiró un aire similar a un pueblo. Muchos árboles y hogares humildes de características similares, una construcción al lado de la otra. El chofer manejó por República y paró enfrente del Colegio Regina. Después desfiló por 20 de septiembre, dueña del centro comercial, de tan solo tres cuadras, pero repleto de negocios: carnicera, pizzería la Fronte, comercios de vestimentas, dietéticas y locales de música, más comercios que José Mármol.
Alrededor de las 12:15, el colectivo encaró para la Estación de Calzada y una larga fila de gente subió al 505. Fue el momento donde más se llenó, muchas familias con sus hijos ocuparon el espacio del transporte público. Alumnos de escuelas estatales y privadas con sus guardapolvos y uniformes, listos para asistir a clases.
En el tramo final de mi viaje, atravesó la barrera y dobló en Agüero. En esa esquina se destaca el Jardín religioso Nuestra Señora de Fátima, que cumple una doble función. También es un espacio de misa, bautismos y comuniones, no solo abarca una formación educativa. Cuando se dirige al final del trayecto, en España y Agüero, la faceta comercial ya no existe. Aparecen las calles de tierra, los perros y los niños jugando a la pelota. Lo que observé en el trayecto de Adrogué a Calzada, fue un cambio en la composición social notable, de los negocios elegantes a las clases más populares.
Calle Diagonal Brown en la localidad de Adrogué
Esquina de Ramírez y 20 de septiembre en Rafael Calzada
Parada del 505 (cartel 4) en la estación de Rafael Calzada
La localidad esta orquestada para ciudadanos de un buen nivel económico, pero es transitada por personas de diversas clases y localidades del partido de Almirante Brown. Adrogué es la opción de compras y recreación preferida. La plaza se ubica enfrente de la Municipalidad y los cafés y bares constituyen un anexo decoroso.
Cuando el colectivo enfiló a la estación de trenes de José Mármol, los arboles taparon el sol y los comercios mermaron. Pasó la barrera y encaró por Bynnon donde los locales volvieron a figurar pero sin la misma trascendencia. En los asientos las personas conversan sobre temas familiares y problemas cotidianos. Ni bien dobló en Sáenz Peña, el paisaje tomó el color de un barrio. Por Rosales, 25 de mayo y Bouchard creció el número de casas y cada tanto aparecieron los kioscos, la parte céntrica desapareció por completo.
Luego de doblar en Ferre, el colectivo agarró Jorge y entró en la zona que corresponde a Rafael Calzada. Allí se respiró un aire similar a un pueblo. Muchos árboles y hogares humildes de características similares, una construcción al lado de la otra. El chofer manejó por República y paró enfrente del Colegio Regina. Después desfiló por 20 de septiembre, dueña del centro comercial, de tan solo tres cuadras, pero repleto de negocios: carnicera, pizzería la Fronte, comercios de vestimentas, dietéticas y locales de música, más comercios que José Mármol.
Alrededor de las 12:15, el colectivo encaró para la Estación de Calzada y una larga fila de gente subió al 505. Fue el momento donde más se llenó, muchas familias con sus hijos ocuparon el espacio del transporte público. Alumnos de escuelas estatales y privadas con sus guardapolvos y uniformes, listos para asistir a clases.
En el tramo final de mi viaje, atravesó la barrera y dobló en Agüero. En esa esquina se destaca el Jardín religioso Nuestra Señora de Fátima, que cumple una doble función. También es un espacio de misa, bautismos y comuniones, no solo abarca una formación educativa. Cuando se dirige al final del trayecto, en España y Agüero, la faceta comercial ya no existe. Aparecen las calles de tierra, los perros y los niños jugando a la pelota. Lo que observé en el trayecto de Adrogué a Calzada, fue un cambio en la composición social notable, de los negocios elegantes a las clases más populares.
Calle Diagonal Brown en la localidad de Adrogué
Esquina de Ramírez y 20 de septiembre en Rafael Calzada
Parada del 505 (cartel 4) en la estación de Rafael Calzada