Giro metalero

 


Por Diego Villarino

Karkaman debería escribir un libro que cuente secretos para potenciar el sonido. Transcurrieron 11 años de El Grito de la Ciudad y 19 del álbum debut. La banda continúa con su tradicionales giras por zona sur y CABA, eso es innegable. Más de una década sin sacar un disco parece una eternidad pero también obligó a una mirada retrospectiva. En el medio, la formación experimentó cambios de integrantes. Además, los trazos de Deep Purple y Black Sabbath mutaron a una faceta más metalera. 

"La gente corre sin saber por qué. El culpable es el poder", dice Donde se oculta el sol en el inicio del tercer album, prueba que Karkaman III representa una novedad. 10 piezas alimentan un disco cautivador. Desde el vamos las guitarras de Miguel Saccone y Juan Diego Gaillard se potencian. El  heavy clásico marca el ritmo de La Señal. Un gancho al oído. La canción relata una desenlace que parece inevitable. 

Santos y pecadores es uno de los mayores logros, respaldado en un fuerte contenido letrista y un desempeño formidable del batero José Dematti. "Vendieron su historia por poder", canta Diego Padial. ¿Una critica a los políticos?. Al filo del error es el prototipo de clásica balada metalera. Dos personas, un desamor y un triste final le aportan dramatismo a la canción, donde la letra y la voz están en sintonía.

                                           PH: Lucía Saccone - Lucio Antolini

Trampas en la Oscuridad es otro tema con claro compás metalero. Lo más parecido a la etapa anterior es la hardrockera Igual tengo fe. Las guitarras y los coros enaltecen el final del tema. Hasta se ganó el derecho de tener un videoclip. La atracción a una persona y las inconveniencias están cristalizadas en Juego mortal. El amor fallido recorre buena parte del trabajo. "Juegas con los deseos y luego te vas, buscas otros brazos y vuelves a engañar", pronuncia el lento Te veré caer, un estribillo poderoso y una canción que crece en intensidad.

Hoy si puedes corona un disco disfrutable. "Imposible detenerte, siempre vas por algo más. Simplemente es intentarlo", vocifera Diego Padia. El clímax aumenta con la batería del final. El desencuentro, la obsesión por el poder y hasta la esperanza confluyen en el tercer album. Las vivencias personales y ajenas se internalizan. La banda se animó a una vertiente metalera y no defraudó. Mucho tuvo que ver la producción musical de Juan Diego Gaillard. El tiempo dirá si el hard rock quedó en el pasado. 

Valoración: 8 de 10


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