El presente de la Selección Argentina se explica en los números y en la calidad, esta vez esas variables corren por el mismo sendero. El grupo logró una armonía atípica: Todos unidos por un mismo objetivo. Quien ingresa cumple siempre. El plantel está contento y se nota. 1000 días sin perder y 31 partidos invicto para Lio Scaloni. En la noche de Guayaquil alcanzó el récord de Alfio Basile con la ventaja de que todavía lo puede superar.
Claro que hay un factor esencial: Desde que los resultados se dieron, las voces criticonas empezaron a evaporarse. Después es válido discutir si es justo o no, lo cierto es que, en la época del exitismo, es una realidad. El DT fue mirado de reojo en el mismo momento de asumir ya que fue ayudante de Jorge Sampaoli en el ciclo anterior. La etapa de Sampa tuvo el plus de ser muy cuestionada. El contraste con Brasil 2014 preocupó y el fantasma de la eliminación en primera ronda, como el recordado Corea-Japón, pasó por la cabeza del hincha, algo que finalmente no sucedió porque Marcos Rojo convirtió el segundo contra Nigeria. Lo que vino luego fue una eliminación razonable ante el posterior campeón del mundo, con un resultado ajustado y engañoso. En el desarrollo del cruce, la diferencia fue aún mayor, con principal ahínco en la velocidad y estado físico. Después de la eliminación en Rusia 2018, el panorama fue negro en términos deportivos. Sin ideas, ni proyectos claros.
Post descalificación, Tapia tomó una decisión polémica: la continuidad de Scaloni, pero está vez como DT. El sector mediático y futbolero criticó la decisión. La inexperiencia del técnico fue foco de cuestionamientos. Sin embargo, pasaron técnicos de trayectoria y los funcionamientos no fueron los esperados. "Es importante saber qué queremos para todas nuestras Selecciones", dijo el presidente de la AFA cuando lo presentó, una frase subestimada por muchos. El proyecto se vio con el correr del tiempo, al principio no se notó. Un ejemplo son los juveniles, con Pablo Aimar a la cabeza del Sub 17 y Fernando "Bocha" Batista en la Sub 20 (después reemplazado por Javier Mascherano). Con el aliciente, que el Payaso integra el cuerpo técnico de la mayor junto a Walter Samuel, Roberto Ayala y Scaloni, exjugadores que conocen la camiseta, un denominador común que no debería pasar desapercibido.
El primer indicio auspicioso se dio en la Copa América 2019, a pesar de la eliminación ante Brasil. Un marcador condicionado por algunos fallos del juez Roddy Zambrano. Aparecieron los nombres de Gio Lo Celso, Leo Paredes, Rodrigo De Paul, todas apuestas del técnico, jugadores que no eran estrellas internacionales, como Agüero, Higuaín, Tevez o Di María. La falta de "supuesta jerarquía" también despertó disidencias. No obstante, el DT eligió priorizar el armado de un equipo y selecciono a jugadores de buen pie en la mitad de cancha. Futbolistas que priorizan lo colectivo y no la individualidad, así armó un once de atrás para adelante, Con buen pase, toqueteo y juego ofensivo.
El mismo Lio Messi se siente cómodo. Un equipo que lo respalda y que no depende exclusivamente de su destreza. Para comprobarlo es necesario mirar los partidos sin el astro, ante Chile y Colombia. En este año se produjo un fenómeno curioso: el Diez se sintió a gusto con su Selección y fue cuestionado por los hinchas del PSG. A la inversa de su ciclo en el Barcelona. La Pulga ya no es ese delantero explosivo. Su nuevo rol de conductor permite que el resto se pueda lucir. De todos modos, sigue siendo el jugador más determinante.
Scaloni demostró una personalidad que no lo hizo dudar cuando dejó afuera a Lucas Ocampo y Juan Floyth de la última Copa América. Tampoco dudo en elegir cuando fue conveniente convocar a Ángel Di María. Fideo mejoró su rendimiento en el sprint decisivo y por eso ganó un lugar en aquella final. La frutilla del postre fue aquel gol a Brasil en el Maracaná. Un sueño cumplido, consecuencia del trabajo diario. El plantel Albiceleste logró química con el público, algo inusual en las últimas décadas. No es para menos, ganó un clásico histórico. Meses después consiguió la llave a Qatar 2022. Una vez clasificado, las fichas están en el Mundial. El gran reto del 2022.