Soldano: ¿Problema o solución?


Por Patricio Andrizzi

Franco llegó a Boca  de la mano de Gustavo Alfaro. No fue pensado como 9 titular pero sí para dar pelea en el puesto, significaba una apuesta. En Unión sumó goles y buenas apariciones que le dieron el boleto para ir al viejo continente Su paso por  Olympiacos fue efímero. Jugó solo 6 partidos en la liga griega, por ende fue pedido por el ex técnico Xeneize. Se incorporó a un plantel con varios delanteros: Abila, Tevez, Zarate y Hurtado, entre tantos..

En su debut xeneize marcó un gol. El encuentro inaugural vs Banfield ilusionó, sin embargo, la historia fue distinta  Decisiones tácticas desnaturalizaron la función del delantero. Alfaro lo retrasó ante River en el Monumental, el ex Tatengue se paró  en la posición de volante por la derecha, el viejo querido ocho. Debió estar atento a los relevos y las marcas, como si no fuera un 9 de área. Sirvió o no?   Muchas idas y vueltas, las opiniones se dividieron. El debate en cuestión era si debía abocarse al arco contrario o también podía cumplir tareas defensivas.

Su estilo voluntarioso se hizo costumbre, incluso con la llegada del experimentado Miguel Ángel Russo. Miguelito es un tipo que sabe poner el inodoro en el baño y el sillón en el living por así decirlo metafóricamente. El DT le sacó jugo y fie campeón en esa mini racha de 7 partidos que le sirvió para arrebatarle el campeonato al Millonario. Franco tampoco se desempeñó de goleador, por el contrario, disputó las jugadas sucias en la mitad de cancha, al punto de tirarse al piso. De esa manera le cedió protagonismo a jugadores con más jerarquía, que provocaron peligro en el rival.. Se lucieron Carlos Tevez, Sebastián Villa y Pol Fernández.  



Su rendimiento mermó cuando se reanudó el fútbol en noviembre. El artillero no marcó y tampoco tuvo situaciones claras. Recién en los octavos de la Libertadores 2020 se vio de frente al arco rival. Ante Racing se movió bien en el área, no obstante falló en la definición. Perdió lo fundamental de su posición, el gol. Después no volvió a tener en encuentro similar. En su mapa no existía el área rival. El centrodelantero normalizó su tarea sacrificada, tanto en el juego como en las declaraciones. Poco a poco perdió su lugar en el once titular. El detonante de su desconfianza fue cuando se negó a patear el penal contra Defensores de Belgrano. Mauro Zarate se lo había cedido generosamente y el artillero prefirió que lo patee el ex Vélez. Su actitud en la Copa Argentina olió a ciclo terminado. 

Soldano quizás vaya a otro equipo y recupere esos goles que hacia en Unión. Sin saberlo se metió en un sistema o maraña, quizás Alfaro y Russo no se dieron cuenta que lo  perjudicaron. Muchos dan fe que Soldano es un mal jugador  o no es para Boca  y otros que lo complicaron en esta nueva función  Qué pasara?  Nadie lo sabe,  el único que tiene la respuesta para validar su futuro será el propio jugador. La dirigencia no le renovaría su préstamo de Olympiacos.



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