Entre la tristeza y la risa

 


Por Diego Villarino

14 años, sí, leyeron bien. Más de una década sin Jorge Guinzburg. Alegre y extrovertido, diseñó una carrera exitosa. No obstante,, vale preguntarse que es el éxito. El éxito de Jorge no solo significó el nivel de audiencia, también fue el reconocimiento que cosechó, su capacidad de cautivar a propios y extraños. Pero sobre todo, la simpatía que desplegó.

"Me divertía con él fuera y adelante de cámara. Una de las cosas más lindas que tenia Mañana Informales era divertirlo a él. Me decía que lo entrevistó tantas veces a Maradona que quería que la entrevista la hagamos entre todos. Vos los ves a todos sentados con Diego y pensás que fue un acto de generosidad, como conductor, total", admitió Ernestina Pais en América TV.

El periodista deportivo Gastón Recondo fue otro ex compañero que lo recordó con aprecio: "Jorge a quien extraño tanto y voy a visitarlo, me enseñó a escuchar. Tenia mas de 30 años y era un pavote que creía que tenía que hablar para que los demás entraran en razón".

Por eso no somos conscientes de la gran magnitud de Jorge Guinzburg. Se crió entre Floresta y Villa del Parque y convivió con el Asma. Sin embargo, nada le impidió construir su propio castillo, que justamente no fue de naipes. Por las circunstancias de la vida, conoció a Carlos Abrevaya y compartieron el secundario. Se hicieron grandes socios. Una mala incursión conjunta en la carrera de Derecho, demostró que el camino era otro . Quién iba a imaginar que el puntapié fue la inscripción al Conservatorio de Arte Dramático  En 1971, vieron una oportunidad. Juan Carlos Mareco, conductor de la clásica Radio Rivadavia, depositó los ojos en Abrevaya-Guinzburg, contratados como guionistas de "Pinocheando".


El segundo gran salto se produjo cuando fueron guionistas de Tato Bores en 1983, tamaña responsabilidad no era para cualquiera. A esa altura la carrera de la dupla hizo suficientes méritos y logró reconocimientos. Faltaba probar con la mediatización de la gran pantalla. Cuando te focaliza la cámara, la repercusión cobra dimensiones mayúsculas. Ese día llegó, era cuestión de tiempo: En el 87 apareció el magazine "La Noticia Rebelde", un programa que ocupó la señal de ATC. El debut en la TV agregó a otros compañeros de ruta: A Abrevaya se sumaron Adolfo Castelo y Raúl Becerra.

La Noticia Rebelde era un programa irreverente, que rompía con los moldes del humor políticamente correcto. La espalda de Jorge, para encarar semejante proyecto, creció de forma asombrosa. Dicha emisión también sumó a Nicolás Repetto, en aquel entonces, un joven movilero que hizo sus primeras armas años atrás.

Los caminos de la vida lo llevaron a conducir un programa con el "Negro" Horacio Fontova, hoy en otra galaxia. "Peor es Nada" fue otra expresión de humor distintivo. La pregunta ¿cómo fue tu primera vez?" fue un sello diferencial en la TV. La incomodidad bien entendida, aquella que invita a abrir surcos y reta lo tradicional. Esa experiencia lo enfrentó a otro desafío: separarse artísticamente de Abrevaya,  decisiones difícil, dado el vínculo que mantenían. En el 94 escuchó la noticia que no quería saber: el fallecimiento de su histórico compañero artístico.

Luego llegaron ciclos como "La Biblia y el calefón" y "Mañanas informales". En todos, Jorge se ganó el afecto ajeno: Charly García, Joaquín Sabina, Diego Maradona, Los Midachi, etc. La lista es larga. Pero no se trata de cuantificar, en definitiva el aprecio del ambiente es prueba de una calidad humana irrefutable. No llegaba al 1,60 y eso poco importaba. Tampoco era trascendente su característico bigote. Jorge representaba mucho más que simples detalles físicos. Era esencia pura.

                  

1 Comentarios

  1. ¡Qué grande Guinzburg! Me acuerdo cuando hacia los viernes de fiesta en Mañanas Informales. Gran programa.

    Y por otro lado: abrir surcos. ¡De eso se trata!

    Felicitaciones por la nota. Muy buena.

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