El extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Diego Spagnuolo, evalúa presentarse como "imputado colaborador" —figura del arrepentido— en la causa que investiga un presunto pedido de coimas y aseguró a su entorno que "teme por su vida".
Según indica un artículo en La Nación, el exfuncionario oscila entre la furia y la decepción con el Gobierno y transmitió una dura advertencia a sus allegados: "Si yo hablo, armo un quilombo padre".
El texto detalla que desde el Gobierno le habrían enviado un emisario para ofrecerle los servicios de los estudios de abogados de Santiago Viola y de los Anzorreguy, ambos ligados a la familia Menem, pero que Spagnuolo los rechazó. Consultados por el mencionado medio, ambos abogados negaron haber tenido contacto con el exfuncionario.
Antes de entregar sus teléfonos a la Justicia, Spagnuolo eliminó todos los mensajes que había intercambiado con Javier y Karina Milei. “Todos tenemos nuestras vidas en los teléfonos”, justificaron sus allegados. La decisión generó suspicacias en Comodoro Py, donde el juez Sebastián Casanello y el fiscal Franco Picardi investigan el caso.
Desde el entorno de Spagnuolo apuntan contra otro exdirectivo de la Andis, Daniel Garbellini, como el responsable de las licitaciones bajo sospecha, y señalan al consultor Fernando Cerimedo como el posible autor de las grabaciones que desataron el escándalo