Contar historias


Por Diego Villarino

Son las típicas siestas de verano que implican un relax. El cuerpo se relaja y la mente empieza a pensar nuevos proyectos. No es una siesta de noviembre o diciembre, el estrés se hace a un lado y la lucidez cobra vida. Las vacaciones me renuevan los aires. Levantar cada pie de la cama no representa tanta pereza. Pienso que cada historia tiene sus climas, aromas, protagonistas y matices.

Enero es el mes de las creencias de vida, sin embargo, las historias se desenvuelven como todo el año. Mientras escribo estas líneas, una familia viaja en micro a Pinamar, y aún así, en otra vida paralela, parte un tren a Mar del Plata. Las particularidades familiares y las circunstancias pueden desarrollar diferentes historias. Lindas y tristes, pero historias al fin.

En el periodismo se cuentan historias y cuando se comunica en la vida cotidiana también. El oído bien atento a cada palabra y los ojos pegados a cada detalle. Observar y mirar, no ver. Cada gesto, pregunta oportuna y dato curioso arma el rompecabezas. El niño que pasa por la vereda, no sabe que su amigo no está en su casa. En la esquina, el vecino conduce su propio emprendimiento personal. Los autos no paran de pasar por el lavadero, los allegados se arriman a pedir empleo y el proyecto crece.

Mientras miro la televisión pienso en el flagelo del asesinato de Fernando Báez Sosa, la crueldad hecha rostro en enero de 2020. La conmoción social golpeó la puerta, como pocas veces y "justicia por Fernando" se replica. Los padres ya no podrán recuperar al joven asesinado en patota y eso es lo más triste.  Los canales radios y portales cubren su programación. No hay noticias de política y economía, o mejor dicho, están blindadas. Febrero será un mes distinto. El color electoral se va a apoderar de a poco de todo.

Noviembre de 2019 fue cuasideal. Las olas rozaban los pies en las orillas de la playa. Los locales de Mar del Plata recibían a visitantes, a pesar de no ser temporada. Cerca y no tan lejos del verano, el calor no sofocaba y el aire podía respirarse. Los jubilados vivían como si fuera el último día. No es habitual vacacionar antes de diciembre. sin embargo, tiene sus colores, aventuras que podré volver a contar. Todavía no había llegado la pandemia ni el asesinato de Fernando Báez Sosa, Rusia no había avanzado en la guerra con Ucrania y la inflación argentina no había llegado al 94,5% anual. Algo no cambió: Las caras expresan el descontento. La gestión del Gobierno Nacional, aún de distintos signos partidarios, continúa en discusión. 

El 2023 emergió en los calores. Por momentos los mundos mediáticos y cotidianos se entrecruzan y en otras ocasiones transitan de forma paralela. Algunos domingos se tiñen de querer hacer, aunque el sol lo permita a las 7 de la tarde. Se escucha el ruido de los pies en el pedal y el grito de alegría suena desaforado. El descuido de los niños puede atropellar a cualquier circundante. Los padres son miradores pasivos y las expresiones faciales no se cristalizan en retos certeros. Los domingos son distintos a cualquier día de la semana. El circuito calzadence para ciclistas está dibujado. La señal de permiso parece habilitada, sin embargo es un espejismo. Las motos invaden el predio en lugar de circular por la calle y las pelotas son destinadas a distintos puntos terrestres. "Pásame la pelota", se escucha a menudo. El silbido es primo hermano de la falta de respeto. Un pequeño abuso de poder local que no causa más que una molestia, insignificante al lado de otros sabores rancios. 

Las decisiones de vida trazan un sendero y y un grupo de vecinos brownianos en concordancia con la Fundación Darío Siviski permiten que Rubén Liriz acceda a una silla de ruedas. La gratitud en el rostro es una postal marcada. Sentimientos encontrados: pasó la internación en el Lucio Meléndez de Adrogué, allá por junio del año pasado y sufrió la perdida de su pierna. En el barrio la ayuda es recibida con los brazos abiertos. Historias cotidianas y reales, tan reales como las historias que pasan en los principales medios. La hoja en blanco te reta a producir, innovar sobre la nada y crear desde lo existente. De las historias surgen grandes hitos. Te invito a que escribas la tuya.

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