Entre desolaciones y alegrías



Por Diego Villarino

"Que caro está todo" es una frase de la jerga cotidiana. La inflación anual supera el 90% y se acerca al 100. El ciudadano de a pie padece el aumento de precios, los salarios no alcanzan y la precarización laboral está a la orden del día. La desaceleración inflacionaria no alcanza (en noviembre bajó del 6,3 al 4,9%). Sí, la certeza que se perdieron más de dos años  en medio de internas, fallas y egos. En ese lapso, el almacenero de la vuelta piensa si podrá tomarse vacaciones y el vecino de enfrente calcula si puede pagar el alquiler. El aumento interanual llegó al 77,58%, un incremento escalonado que afecta al inquilino. El sueño de la casa propia está en otro nivel. 

Los acuerdos de precios reflejan la actitud del Ministerio de Economía, sin embargo, los problemas estructurales representan una bola de nieve. En ese marco los movimientos sociales se reúnen a menudo con la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. Algunos consiguieron un acuerdo, otros vinculados a la Unidad Piquetera no terminan de arreglar. En algunas casas, miran TV y estigmatizan a los diferentes movimientos, otros entienden la complejidad social: el contexto, las imposibilidades de desarrollarse y las malas medidas políticas.

Los gritos y tumultos en las sesiones de Diputados definen a la dirigencia política. Una oposición solo capaz de ganar por el descontento. El voto "contra", siempre presente en los últimos años. El voto ajeno a la convicción pero ayudado por un gobierno que torció el brazo en más de una oportunidad, además de errores no forzados. Un oficialismo que quedó en el medio, entre el apoyo y la critica, entre la concreción y la inacción.

"Ojalá pierda rápido Argentina así caen en la realidad esas tristes que vivimos todos los argentinos día a día", publicó un usuario en Facebook, como si los jugadores estuviesen ligados a un gobierno. En el universo redes, la agresividad es lineal, permanece ahí, aunque algunos la dejen debajo de la alfombra. El clima de discusión se acrecienta con la causa Vialidad. En ciertos hogares, desconocen que el fallo no está firme. La desinformación es un enemigo difícil de ver.

La imagen de Cristina Kirchner divide el país. El denominador común pasa por la Justicia, bendita Justicia que falla en cuestiones penales y civiles. El conflicto por la Coparticipación despertó una ola de opiniones. Mientras sucede eso, miles de mujeres víctimas de violencia de género suplican que fallen a favor.

La desesperanza es un bastión real utilizado por los medios y alimentado por el Gobierno Nacional. La desesperanza es un instrumento de la antipolítica, por lo tanto la dirigencia debería hacerse cargo de las deudas. En la esquina de casa dicen que todos son iguales, otros no saben a quién votar y prefieren impugnar. Así las cosas, falta menos de un año para las Primarias. Mientras tanto, los problemas de las personas son diarios. Conseguir empleo, hacer las compras de las fiestas, prenderles velas a la Justicia para destrabar un conflicto.

Diciembre, que siempre tiene tanta mala fama, fue el mes del año. No es aquel mes del 2001, por suerte. Dos nietos restituidos, el 131 y 132, con una historia emotiva detrás: La memoria es una herramienta imprescindible: la historia nos atraviesa. La alegría copa las calles por el campeonato mundial logrado por Scaloni, Messi y compañía, un tanto empañado por la desarticulaciones posteriores. La alegría futbolera no condiciona la política económica, no le brinda votos a un Gobierno, no nos soluciona el problema del bolsillo, no nos da más oportunidades, tampoco nos hace mejores. Pero una brisa de felicidad es bienvenida.



Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente