Por Diego Villarino
El superclásico fue para Boca. El Xeneize perdonó a River en el complemento. De estar más fino, lograba una goleada. Pero el elenco de Claudio Úbeda obtuvo una gran victoria por varios motivos. La nota saliente fue el gran nivel del "Changuito" Zeballos, que atraviesa su mejor momento. Encarador y desequilibrante, ofició de arma letal.
El primer tiempo fue desteñido. Ninguno de los dos equipos supo avanzar. Los arqueros fueron grandes espectadores. En Boca y River, la creación no fluyó. Las ideas no aparecieron, el pase entre líneas fue una utopía. Sin embargo, en u instante cambió todo. En un abrir y cerrar de ojos, doble error de la defensa millonaria. Primero Paulo Díaz ante Miltón Giménez y luego Lautaro Rivero ante el Chanchito. Zeballos pateó, tapó Franco Armani y en el rebote concretó el gol. Una apuñalada en al ultima del primer tiempo. De esos goles que duelen. Además, hasta ese momento no había pasado nada.
Par agravar la situación, el autor del gol dio clases de desborde y le sirvió el tanto a Miguel Merentiel. Un gol de nueve de área, se movió sin resistencia en el área. La visita se desarmó por completo: de un equipo inofensivo a uno desarticulado. El dueño de casa hizo lo que quiso y algo más. Más de allá de la poca definición de Milton Giménez. El ex delantero de Banfield dilapídó cuatro situaciones, algunas muy claras. No fue su tarde. En otro momento lo hubiese pagado caro. Enfrente se presentó un River apático.
Ayton Costas y Lautaro DI Lollo, amos y señores de la zaga central. Milton Delgado y Leandro Paredes mostraron supremacía en el mediocampo. El jugador de la selección Argentina no tuvo una actuación descollante,. pero le alcanzó para rindar seguridad. El gallego Ander Herrera no solo cumplió el sueño de jugar un superclásico, también entró en un destacable nivel. Aparte del toque, se avivó de tapar a Marcos Acuña.
Faltó el tanto del cachetazo. Igual Boca ganó categóricamente. Otra hubiese sido la historia si Galarza Fonda concretaba de cabeza. Erró un gol increíble. Quizás hubiese aportado dramatismo. Párrafo aparte, River tardo más de 70 minutos en tener una oportunidad de gol. Gallardo muy cuestionado, no dio una conferencia de prensa. No le encuentra la vuelta, no transmite lo mismo de antes. Su cara lo delata. En Núñez se prenden las alarmas. Boca puede estar más tranquilo porque no solo le ganó a River. Se clasificó a la Libertadores 2026 luego de dos años sin poder jugarla. El regreso a la competencia continental. No puede dormirse, el equipo está en construcción.