Cuatro talentos acaparan la atención. Espectadores de todas las latitudes pisan Loco Arte. El espacio browniano recibe a gente del sur, oeste y norte bonaerense: familias, parejas y grupos de amigos responden a un espectáculo, que fue difundido con anticipación.
La primera risa sale de forma espontánea. Así lo hace sentir Maurito Pérez, con una picardía que juega con la vulgar un vehículo que proyecta la picardía cotidiana. "Río para no llorar" se trata de eso: disfrutar la jornada y reírse de uno mismo es una obligación.
Brenda Mercury vocifera historias que podrían ser parte de la vida diaria, demuestra cómo las maestras también pueden vivir situaciones sentimentales u otro tipo de situaciones.
Al mismo tiempo, las personas comparten un trago y comen una pizza. La química no es posible sin el intercambio. El paso al público, a través de preguntas, dinamiza el show, lo baja a tierra.
Solano y los mitos conurbanos priman en el espectáculo de El Toto. Los miedos se entrecruzan con estereotipos, las inquietudes internas afloran y las carcajadas estallan. Más con la participación de Cachito Peola, digno portador de semejante nombre artístico. Cachito parodia, en algunas intervenciones, la personalidad facha de ciertos sectores. Una critica encapsulada en forma de humor, un respiro después de tanto ruido.
La cita standapera transcurre en Mitre 1285, a tres cuadras de la estación de Adrogué. Loco Arte queda en diagonal al emblemático boliche La Colorada. Loco Arte es sinónimo de noche, es un lugar de encuentros y shows. Después de sobrevivir a la pandemia, más allá de su cierre temporal, vuelve a relucir.
Stand up es una expresión en inglés que significa "Ponerse de pie". A pesar del termino extranjero, "Río para no llorar" conecta con la idiosincrasia argentina, minuto a minuto, risa a risa y codo a codo. El domingo se tiñe de sábado. No hay geografía para impedirlo.