Derechos Humanos: la llama encendida

 



Por Diego Villarino

Daniel Prassel saluda con gentileza, mientras tanto pide un café con medialunas en el bar La Farola. El punto de encuentro fue Manuel Castro y Laprida, en el Corazón de Lomas de Zamora.  A dos cuadras se ubica el predio donde se reunían las Madres de Plaza de Mayo. El partido lomense es un bastión en materia de Derechos Humanos.

El entrevistado milita hace 20 años en el Partido Justicialista. "La decisión personal tiene con ver con la militancia política de encontrarme con compañeros/as que sobrevivieron a este horror y en base a sus testimonios, entender que no podemos estar ajenos a esta lucha" remarca. Su activismo lo llevó a coordinar el programa Sembrando Memoria y gestionar el Espacio de la Memoria del ex Pozo de Banfield. 

“No es lo mismo ejercer el ocio que comprometerse políticamente. La juventud encontró en el proyecto de vida de los 30 mil, un proyecto para ellos”, destaca convencido.  

-¿Qué te motivó a militar por los Derechos Humanos?

-Militar fue una decisión política y colectiva. Tengo 42 y empecé a militar en el PJ a los 20. En los 90 tuve una militancia más formentista porque la política estaba desprestigiada. En el 2003 Néstor y Cristina hacen de la política de Derechos Humanos una parte de la agenda medular. Empieza a involucrar a muchos sectores y a interpelar. La decisión personal tiene con ver con la militancia política de encontrarme con compañeros/as que sobrevivieron a este horror y en base a sus testimonios, entender que no podemos estar ajenos a esta lucha.

¿Qué significa Lomas de Zamora en materia de Derechos Humanos?

-Lomas de Zamora ocupa un lugar muy importante, pasó la Masacre de Pasco en el 75, la Noche de los Lápices e incluso en democracia, la Masacre de Budge, primer caso de violencia institucional, donde son condenados tres policías de la Bonaerense. En Lomas fue el primer centro clandestino recuperado y se llevaron a cabo las reuniones de las Madres. Es un lugar que obliga a seguir siendo garante y  vanguardia con los programas municipales construidos con las organizaciones, por ejemplo, las señalizaciones de edificios importantes con nombres de desaparecidos. Además significa la posibilidad de ganar espacio en los lugares públicos, como el Bosque de la Memoria en la Reserva Santa Catalina. Por año se hacen más de 600 actividades vinculadas a los derechos humanos, sin contar los cursos y escuelas que trabajan la temática.

-¿Cómo fue el proceso de reconversión del ex Pozo de Banfield?

-En el ex Pozo se movían los peores horrores y oscuridades. Era grande, cerrado hacia adentro y parecía un laberinto. La primera marcha al espacio fue en el 86, pero no fui por una cuestión generacional. Terminó la dictadura y el pozo siguió siendo una brigada de investigaciones. Eso hizo que se pida rápido por el espacio. En 2006 se llega, con alguna configuración que integraba la comisión multisectorial “Chau pozo”, a una desafectación del lugar. En el 2010 sale la Ley Nacional de Sitios de Memoria: El nivel nacional, provincial y municipal se tenían que poner de acuerdo para gestionar esos lugares y convocar la sociedad civil. En el 2015 se logra una desafectación más parcial porque el edificio se encuentra judicializado. Laburamos mucho en la vereda del espacio repartiendo volantes y charlando con los vecinos. Se desafectan 4 o 5 oficinas entre 2017 y 2019, propias de sectores administrativos y de a poco empezamos a habitar esos espacios. El 22 de marzo del 2019 dispusimos la reapertura del espacio, aún con Macri en el gobierno, lo cual hizo que el municipio nos acompañara, además de compañeros/as.

¿Qué tipo de actividades realizan?

- Realizamos distintos talleres, presentaciones de libros y muestras de artes plásticas. Actualmente continúan las visitas guiadas, con grupos  reducidos por una cuestión sanitaria. Sumamos la posibilidad de tener una comisión de fines, talleres de oficios y un dispositivo de CAJ, Centro de Acceso a la Justicia para que los vecinos y vecinas se asesoren jurídicamente sobre distintos temas relacionados a la vulneración de derecho, y que al mismo tiempo sea un lugar de participación política, mientras contamos qué fue y en qué lo estamos transformando. 

En el ex Pozo de Banfield estuvieron cautivos los estudiantes secuestrados en el 76 ¿Cuál es tu reflexión de La Noche de los Lápices?

-En La Noche de los Lápices quedó enmarcado el ensañamiento con los sectores juveniles, de entre 14 y 18 años. Por un lado significó la necesidad de infundir miedo al pueblo, diciéndole a los pibes que no participen. Al mismo tiempo continuar con el plan sistemático de genocidio planificado. Hay que comprenderla en clave de genocidio, no como un hecho en particular. 

-Contame cómo surgió el programa "Sembrando Memoria"

 - El año pasado surge Sembrando Memoria, producto de la articulación entre el gobierno local y organizaciones de Derechos Humanos del distrito: HIJOS Lomas de Zamora, con una tradición de lucha de más de 20 años  y la mesa de trabajo del ex Pozo de Banfield, que aglutinan muchas expresiones políticas, sindicales y juveniles. Junto al área de Medio Ambiente, de Juventud y Derechos Humanos, se nos ocurrió que estaría bueno hacer un árbol por cada detenido desaparecido. La idea fue vincular un derecho de la actualidad, como el medio ambiente sano, justo y sustentable, con la política de memoria. En octubre del año pasado se hizo la primera acción en una plaza de Villa Centenario, a dos cuadras del pozo. Al ver los niveles institucionales y la buena recepción, decidimos que se convierta en programa por ordenanza municipal, que se sancionó en diciembre del año pasado. Cuando en marzo la campaña de Abuelas se llamó Plantando Memoria, el programa tuvo una dimensión más potente. Terminó siendo precedente de una campaña nacional, por eso me convocan desde la Secretaria de Medio Ambiente para institucionalizarlo y ordenarlo.

¿Qué destacas de la lucha de Madres y Abuelas?

-Es destacable la lucha de todos los organismos. Militar en democracia no es lo mismo que militar en la dictadura. Hay respeto, compromiso y acompañamiento. Son puntos altos de madures política. Ante el peor de los genocidios, se puso de pie y dio una respuesta política en el marco de la no violencia, el respeto de la democracia y la construcción de ciudadanía a pesar del dolor, en el respeto hacia los propios asesinos de pelear para que tengan un juicio. Cárcel común de carácter perpetuo y de cumplimiento efectivo porque un crimen de lesa humanidad no es lo mismo que un delito común.

La dictadura dejó una herida abierta

-Es una herida hacia el pueblo más allá de las tragedias personales. Se impuso un plan económico. La deuda externa que se contrajo la paga todo el pueblo. Dejaron más de 250 leyes que no han sido derogadas, rompieron el tejido social y fundieron el aparato productivo. Antes de 76, teníamos un 4 por ciento de desempleo. Un industricidio que se llevo puesta 50 mi fabricas de fuste. Además las ausencias la sufrimos todos. Hay una parte de la identidad incompleta por no haberse dado la discusión en el marco de la democracia. Nuestra dictadura es más sangrienta que las otras y duró menos, apenas siete años. Acá se produjo la expropiación ilegal de niños.

-En democracia se dieron muchos avances en Derechos Humanos pero también retrocesos. Por ejemplo, la ley de obediencia debida y punto final en el alfonsinismo y los indultos en el gobierno de Carlos Menem. ¿Por qué se produjeron?

-En democracia hubo tres ciclos de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia: 83 al 93, 93 al 2003 y 2003 en adelante. Los retrocesos del periodo 83/93 se producen, en parte, porque los militares todavía estaban en libertad, algunos reciclados en políticos, muchos fueron gobernadores y diputados. En esa época no se aprovechó la oportunidad de que el pueblo acompañaba. La política menemista se basó en desmovilizar y tapar todo,  “acá no pasó nada”.

¿Cómo irrumpió la militancia juvenil?

-Néstor y Cristina supieron contarle a los pibes y pibas el horror y les hizo  entender que podes militar en cualquier espacio pero eso no amerita que te persigan. La juventud encontró en el proyecto de vida de los 30 mil, un proyecto para ellos. Miremos el presente y reivindiquemos el pasado porque no salimos de un repoyo. Esa política construye una comunidad mejor, que aborrece la violencia, el terrorismo y autoritarismo.

-Como contracara existe un discurso negacionista

-El negacionismo nos cuenta que a pesar de todo lo avanzado, la luz de alerta siempre está. Hay que preguntarse por qué es posible un genocidio. En el primer año del golpe, sectores mayoritarios de la sociedad decían que venían a pacificar y ordenar.

Varias generaciones no vivieron la última dictadura. ¿Cómo abordar el negacionismo?

-La política de los sitios es fundamental para contar esta historia. Al negacionismo se lo combate con mucha información. Si vos decís que no son 30 mil, te tengo que fundamentar por qué son 30 mil. Hay una verdad objetiva que tiene que ver con lo sucedido. Hay que contar que en el informe nunca más figuran solo 9 mil porque se puso un plazo estipulado para denunciar. También debemos combatirlo en el marco de la democracia. No estoy a favor de proscribirlo, sí de normas que regulen la opinión. No es lo mismo la opinión de  un civil que de un funcionario público, capaz de generar opinión. Lo nuestro pasa con desnudar las zonceras, después el publico elige. Hay un discurso negacionista pero hay una historia que es tangible. Visitas el ex pozo de Banfield y ves que está.

-Además,  hay políticos que salen mediatizar su postura. Antes de las PASO Ricardo López Murphy dijo en un programa de TV que la cifra de 30 mil era falsa.

-Esta bárbaro que el tipo dude pero no hay ningún periodista que le cuestione por qué no le pregunta a los represores, ellos tienen la información archivada. Es necesario que los periodistas repregunten, de esa manera la percepción del pueblo puede ser diferente.

-En el 2017 la Corte Suprema de Justicia dio marcha atrás en el beneficio de 2x1 a represores ¿Vos crees que fue un triunfo social?

-Lo hicieron sabiendo que el pueblo se iba a manifestar, no preveían que iba a ser tan masivo, incluso salieron sectores que no eran peronistas y kirchneristas. Hubo tres marchas importantes: el 13 de abril en apoyo a Cristina, el 2x1 en mayo y en diciembre la famosa jornada contra la reforma previsional, con la represión a cara levantada. El 2X 1 se construyó en un ancho de espada de esta política, fue una forma de decir “hasta acá llegué”.

¿Cuál es el peligro del movimiento anti político mundial?

Es un peligro. Es tener en cuenta porque es internacional. No es algo de la época. Hace dos años y monedas se hizo un golpe de estado en Bolivia a nivel regional. Tenemos que mirarlo con cuidado, hablar mucho el tema y analizarlo bastante. Hay que mirar por que las sociedades están polarizadas en muchos temas: Negacionistas  y Derechos Humanos, nacionalistas y progres, pañuelos verdes y azules. Tiene que ver con crisis de representatividad en los partidos políticos y un vaciamiento de los medios que farandulizan por parte de los medios. Tratan de convertir la política en un Boca-River. Debemos reconstruir el proyecto de vida de Nación individual pero en clave comunitario de cada argentino/a.

-Por último ¿Cuáles son las deudas pendientes?

-Hay una posibilidad de que haya un cuarto momento en las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Se vienen dos luchas ineludibles: La recuperación de más 350 nietos (en el caso de Lomas son 5 ) y ver la complicidad civil en la última dictadura, si logramos probar su participación en los hechos. Es decir, la capacidad del pueblo de recuperar esos recursos que se apropiaron.




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