Por qué los periodistas tendrían que tener un blog

Durante un taller de periodismo digital me enseñaron que el blog es una herramienta fundamental. Permite exponer trabajos propios y darse a conocer. Los estudiantes pueden usarlo como experiencia. Para el periodista es más importante que el currículum. Darío Gallo redactó dos artículos vinculados a la temática. En ambas notas nos explica cuáles son las ventajas del mundo blogger.




Por Darío Gallo

Primera parte

Tutatis, un periodista lector de este bloc, se largó a montar blog propio cansado de esperar este post prometido hace un tiempo. Se incentivó sin necesidad de ser incentivado por estas líneas, pero servirán a otros. Sobre el debate si un blogger es un periodista y cosas por el estilo, se ha escrito con detalle, por ejemplo, enmangas verdes.

Tampoco se hablará sobre el blogboom (entre las tendencias influyentes en los medios de los Estados Unidos, los weblogs están en segundo lugar). Acá sólo se argumentará por qué un periodista debe tener su blog. Cuando digo periodista incluyo a los estudiantes de periodismo, a los que se quedaron sin trabajo y a quienes lo tienen, sin distinguir rango, ni especialidad. El blog debería ser la tarjeta personal de todos periodista de ahora en más. Por un puñado de razones. ¿Cuáles son las contras?

No las tiene. Todo es ganancia. Montar un blog es fácil, rápido y gratis. Basta con dedicarle una hora diaria, si se reprime la adicción. Para el estudiante de periodismo, el blog es una herramienta fenomenal de aprendizaje. Se familiarizará con la búsqueda de contenidos, lectores de feeds, podcats y la mar en coche. Probará en base a ensayo y error cómo comunicar mejor. Escribirá más conciso y más claro. Desde el año que viene, no bastará con saber word y encomillar para buscar en Google.
Para el periodista desocupado o el que quiere cambiar de empresa, su blog será la carpeta de presentación. Allí tendrá sus artículos, mostrará sus dientes, será él en estado puro sin la "intermediación odiosa" del editor. Recuerden el ejemplo del periodista brasileño Noblat.

Para el periodista en actividad, su blog le ayudará a hacerse visible y abrirá un nuevo canal hacia él. ¿Saben cuánta información pueden acercarle lectores ocasionales de su blog? Es cierto que todo depende de las visitas. Pero se puede aprender rápido a promocionar el blog. Y además les harán nuevas ofertas de trabajo (me han hecho dos en dos meses).

Para el periodista ejecutivo o directores de medios, el blog una poderosa herramienta de marketing, puede convertirse en promoción de su producto editorial, receptoría directa de quejas u opiniones y demuestra su capacidad de adaptación. Cada día se suma algún director de diario a la blogosfera. Vean este ejemplo de ida y vuelta.

Sólo por estas ventajas (mayor capacidad de actualización, apertura de campos laborales y eficaz herramienta de promoción), un periodista debería tener su blog o varios un blog colectivo. En todos los ámbitos, y aun en el periodismo, los cambios tecnológicos suelen ser resistidos por ignorancia o por presunta comodidad. Cuando irrumpieron las PCs algunos decían que eran más efectivos en la vieja máquina de escribir. O cuando llegaron las PDA, muchos insistían que es más cómoda la agenda de papel. Muy pronto, tal vez un blog sea el mejor curriculum.

Segunda parte

El primer post de esta serie fue levantado por varios blogs, hasta se tradujo parte al catalá. En otros casos destacaron la idea remarcada en una entrevista con Pablo Mancini en Dialógica (el poeta multimedia, zoom). La segunda parte pensaba dedicarla a detallar algunas ventajas prácticas que permiten a los bloggers ser mejores periodistas. Pero como una de las virtudes de la blogosfera es el dinamismo, leí en los dioses deben estar locos la crítica de Forbes y cambié sobre la marcha. Según la revista, "los bloggers pueden actuar de periodistas sin preocuparse por investigar la información, si total nadie los va a echar", y agrega que pueden difamar y mentir a gusto amparándose en esa libertad. Es al revés.

Al contrario de lo que muchos creen, para los periodistas que tienen su propio blog, la responsabilidad es mayor. Ricardo Noblat, el brasileño cuyo blog es un fenómeno político ya visto aquí, también cree que "todo jornalista deveria ter un blog", pero además que la experiencia de ser responsable por sí mismo enseña más que muchos años de redacción. "El error cometido en un diario o revista tiene muchos padres. En el blog, es sólo de uno. No se le puede echar la culpa al cronista, al editor o al diagramador", dice Noblat.

Además de todas las ventajas ya explicadas en la primera parte, el blog permite mostrar sin intermediarios la pericia comunicativa de su autor. Muchos periodistas argumentan que su poca suerte está ligada a que los editores le cortan las alas, le rebotan idean, no lo dejan crecer. Solución: tengan su blog. ¡Esquiven a sus editores!

Muchos editores es probable que jamás tengan un blog por temor a que en sus empresas le hagan un llamado de atención. Es cierto que podrá resultarle dificultoso explicarle al jefe de Personal cuánto gana la imagen de una empresa de comunicación si sus empleados saben comunicarse... Pero debe valer la pena el intento. Así como un viaje a diez mil kilómetros del lugar de origen abre la cabeza de un periodista, los blogs también son beneficiosos para renovar los conocimientos, las motivaciones y capacidades creativas de los periodistas... a un precio mucho menor.

A raíz del censo de periodistas argentinos con blog que encaramos con Leandro Zanoni, algunos colegas se comunican vía mail con la duda: "No sé si revelar mi nombre en el blog, es muy ego". Es curioso: ¿desde cuando los periodistas no son egocéntricos? El blog, como dice Noblat, en todo caso suaviza las aristas de ese ego. Un blog puede destruir un mito: pocas visitas, cero intercambio con los lectores, pocas recomendaciones, arrasarán con cualquier genio de la comunicación.

Por estas razones, todos los periodistas tendrían que tener un blog. Es un excelente test. Y ganarían en varias puntos. Serían más responsables de sus opiniones, aprenderían a redactar más entretenido, le prestarían más atención a sus lectores y se detendrían a tiempo cuando las parrafadas se vuelven aburridas. Como ahora.

Extraído de www.blocdeperiodista.com

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente